Playas
Costa de Santo André y Fonte do Cortiço, dos destinos con historia y una naturaleza inigualable
Hacia 1855 los pescadores de Ílhavo y sus respectivas familias llegaron a la Costa de Santo André: “en el censo de la población del año 1863, había en la playa de Santo André seis viviendas, con un total de 18 residentes. Había nueve hombres que se dedicaban a la profesión de pescadores”, informan los Anales Municipales de 1869, construyeron cabañas y almacenes de paja y caña, y debido a la abundancia de sardinas en el mar (en verano) y otros peces de la laguna (en invierno) habían establecido dos gremios con los agricultores de la región, que practicaban el arte de la pesca con jábega.
El Ayuntamiento ejerció su dominio sobre la laguna, pues ya en 1685 el gobierno autárquico la arrendó durante un periodo de tres años por la cantidad de 18 500 reales. La laguna continuó arrendándose a particulares hasta el año 1975; después de esta fecha pasó a gestionarse por la Oficina del Área de Sines.
En 1957, aparecieron en medio de las barracas dos restaurantes. Y, a partir de entonces, comenzó a desarrollarse un núcleo de población que ocupó la duna principal.
Para convertir la Costa de Santo André, una ubicación privilegiada para aquellos que buscan la naturaleza, el Ayuntamiento de Santiago do Cacém promovió el desalojo de la duna principal de la Costa de Santo André con el fin de evitar el caos urbanístico que fue empeorado en los años 70 durante el mandato de la Oficina del Área de Sines, creando así una nueva parcelación destinada a realojar a las familias que hasta entonces residían en la duna.
La Laguna de Santo André es un punto estratégico para la estancia, el paso y el anidamiento de muchas especies de aves migratorias. Fue declarada por el Estado Portugués Reserva Natural de las Lagunas de Santo André y da Sancha mediante el Decreto ejecutivo 10/2000 de 22 de agosto.
Esta zona costera se caracteriza por sus ecosistemas acuáticos y ribereños que reciben la afluencia de aguas dulces y salobres, incluidas las pequeñas zonas de marismas, sauces, cañas, juncos, brezales de los pantanos y pastizales húmedos.
La clasificación como área protegida tenía como objetivo principal la conservación del elevado valor ecológico de estos dos humedales y sus áreas circundantes, en tanto en cuanto son áreas importantes para la cría, invernada y migración de las aves. Allí, en plena reserva, se halla un centro de observación y anillamiento de aves.
También busca proteger el complejo de dunas de los alrededores y la franja marítima adyacente que cobija una fauna marina característica.
La flora y la vegetación de la reserva son algunos de los elementos más importantes en términos de valores naturales y se han inventariado 510 especies de plantas vasculares distribuidas en 79 familias.
La vegetación está formada principalmente por especies tolerantes a la inundación prolongada y la salinidad. Esto se relaciona con la apertura de la Laguna de Santo André al mar.
Particularmente importantes son las formaciones y especies que se instalan en las hileras de dunas, generalmente dominadas por el barrizo, y la especie principal, la linaria. Los matorrales y lentiscos que pueblan las dunas incluyen los enebros de Sabina-das-praias y los matorrales de Camarinha. Las dunas interiores están ocupadas por formaciones arbustivas densas, incluidos los enebros de los brezales de Tojo y los matorrales de Marcetão.
Las especies de flora endémica más valoradas es el tomillo vulgar, el tomillo carnoso y la herniaria, que atañen a endemismos lusitanos o casi, cuya abundancia en la reserva es de gran valor, precisamente porque constituyen poblaciones grandes y bien conservadas.
La playa da Fonte do Cortiço, también conocida como Areias Brancas, está completamente integrada en la Reserva Natural de las Lagunas de Santo André y da Sancha, mediante la asociación de los ecosistemas costeros importantes y merece especial atención por sus características naturales. Su extenso arenal está rodeado por una amplia zona de dunas y bosque de pinos, lo que hace que sea característico de la región y emblema por la calidad de su paisaje y sus aguas. Es una playa rectilínea, revestida de arena muy clara y fina.
Tanto la playa de Costa de Santo André como la Fonte do Cortiço han sido galardonadas con la Bandera Azul, Playa Accesible y Bandera Dorada. Registran una gran afluencia de turistas, principalmente en los meses de julio y agosto.
Durante la temporada de baño, la temperatura media del agua oscila entre 16 ºC y 19 ºC.
Los festejos de S. Román
A pesar de que San Andrés, el santo pescador, es el patrono de la Freguesia de S. André; sin embargo, es el de S. Román, que se celebra en la Costa de Santo André el 9 de agosto, uno de los días más importantes para la población de esta localidad.
Se desconoce el motivo por el cual se escogió el día de San Román para los festejos. Es cierto que estas fiestas están profundamente arraigadas en la población local, una tradición cuyo origen se desconoce.
Posiblemente la trajeron los pescadores y sus familias respectivas oriundas de Aveiro, Murtosa e Ílhavo que, al comienzo de la segunda mitad del siglo XIX, se instalaron en la orilla norte de la Laguna de Santo André.
Debido a la abundancia, en el verano, de sardinas en el mar y, en invierno, de los otros peces en la laguna, los pescadores fundaron con los agricultores de la región gremios similares a las que existían en el norte del país.
Practicaban el arte de la pesca con jábega, frente al mar, con barcos de proa alta y revirada, llamados «Saveiros».
Como afirma Luis Manafaia, el día de San Román “…era muy celebrado por los oriundos y también por las personas de los alrededores que se trasladaban para bañarse y divertirse en los bailes que aquí se organizaban.” Se reunían en el extenso arenal las gentes de la comunidad pescadora local y la restante franja costera como la de la Serra, los «sagorros», que por allí se desplazaban en carros de bueyes, carrozas, coches de paja, montados en burros, mulas o a pie, vestidos con sus mejores galas, llevando las vacas lecheras y las botellas de vino y las “mozuelas de los alrededores tenían la costumbre y la tradición de llevar una sandía en la cabeza y se sujetaban una sombrilla toda decorada con cintas de varios colores que, por la tarde les servía a ellas y a sus enamorados para refugiarse del sol.”.
Se improvisaban toldos con edredones y mantas; en el arenal se extendían toallas bordadas y sobre ellas se colocaba el hato.
Terminada uma fase importante dos trabalhos do campo, as ceifas e as debulhas dos cereais, o dia de S. Romão constituía assim, um dia de confraternização, descompressão social, fartura e convívio solidário entre populações, contribuindo para atenuar algumas rivalidades então existentes, nomeadamente entre as gentes da serra, da charneca e da aldeia.
Una vez terminada una fase importante del trabajo de campo, la siega y la trilla de cereales, el día de San Román, por tanto, constituía un día de confraternización, asueto social, abundancia y convivencia solidaria entre las poblaciones, lo que contribuía a aliviar algunas rivalidades entonces existentes, en particular entre las gentes de la sierra, de la zona del lentisco y de la aldea.
Otros relatos indican que:
“En la víspera de S. Román, en la oscuridad, comenzaban a llegar a la playa (…) cientos de personas de los pueblos cercanos, parroquias y municipios vecinos, que se esparcían por la arena de la playa, frente al mar agitado y así esperaban la salida del sol. Al día siguiente había más gente en la playa, y todo el mundo, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, paseaban por la orilla del mar y se mojaban los pies; ellos se subían los pantalones hasta las rodillas y ellas se enrollaban las faldas. El resto del día transcurría comiendo y bebiendo, hablando en la playa y, al anochecer, iban diluyéndose los grupos tal y como habían ido apareciendo”.
Campo
La estructura agraria se compone de pequeñas explotaciones con menos de 10 hectáreas. Predominan las tierras limpias y muy fértiles. La agricultura se caracteriza por el cultivo de cereales, viñedos y olivares, productos hortícolas y hortofrutícolas. Los efectivos pecuarios son principalmente ganado vacuno, ovejas, cerdos y cabras. Con respecto a la floresta, predominan las áreas de pinares y encinas.
La planicie interior es una zona aplanada con ligeras ondulaciones, desecada por la red hidrográfica, constituida por el río Sado y sus afluentes.
Con respecto al área forestal, esta se compone principalmente de alcornoques y encinas, siendo la primera la especie predominante en las laderas del valle del Sado.
Serra
El municipio se atraviesa hacia el norte/sur por las sierras de Grândola, S. Francisco y Cercal. Estas sierras constituyen una auténtica barrera natural que separa la llanura costera de la planicie del Valle do Sado.
Es en la sierra donde se concentra gran parte de las encinas que producen una de las grandes riquezas de nuestro municipio: el corcho.
También es característico de nuestras sierras el madroño, con cuyo fruto se destila el auténtico aguardiente de madroño.
En la sierra del Cercal, se ubican las minas de la Sierra da Minas, Rosalgar y Serra das Tulhas, todas cerradas.
La población del Cercal constituye en la sierra un núcleo, aislado, pero con una gran dispersión de viviendas en sus alrededores, lo que le confiere un carácter muy especial e interesante. El marco de esta aglomeración con la sierra tiene un encanto particular.
En la sierra teñida de verdes, recorremos colinas y cimas entre mantos coloridos de flores silvestres, donde podemos disfrutar de una excelente panorámica.
Río Sado
Gran parte del municipio de Santiago do Cacém pertenece a la cuenca hidrográfica del Sado. Atraviesa por su parte oriental los distritos de Alvalade y Ermidas, pasando un kilómetro al este por la localidad de Alvalade, en dirección de sur a norte.
Recibe en la orilla izquierda 2 km en el sentido del curso de agua de dicha localidad un importante afluente, el arroyo de Campilhas, que nace en la Serra do Cercal al noreste de Vila Nova de Milfontes.
En la orilla derecha, a 5 km aguas abajo de Alvalade, recibe el arroyo do Roxo, que comienza cerca de Messejana y pasa al norte de Aljustrel, con un caudal inferior al de Campilhas. Recibe otro gran afluente, el arroyo de S. Domingos.
A lo largo de las orillas del río Sado y sus afluentes nacen de forma espontánea fresnos, sauces y muchos arbustos, y desde tiempos antiguos se conocen las adelfas ornamentales de las orillas del Roxo. “Reparé en aquella alameda frondosa, llena de adelfas, en el Loendrum roseum, que ya había enamorado a los romanos, quienes la llamaron Flumen roseum.” Estas palabras las pronunció el Prior do Roxo, en 1687, en la capilla de S. Roque. (Sr. Ing.º António Luís Felix da Cruz).
Auténtica fuente de vida, el río atrajo desde épocas remotas a la gente hasta sus riberas, según lo confirmado por los numerosos hallazgos arqueológicos pertenecientes a diferentes periodos cronológicos y culturales.
Presas
Las presas de Campilhas y Fonte Serne se sitúan, de manera aproximada, 20 a 30 kilómetros de la costa, respectivamente. Su uso principal está asociado al riego y al consumo.
La presa de Fonte Serne surge del aprovechamiento de una sección del arroyo de Vale Diogo que desemboca en el río Sado. Es una presa de tierra con una zona de reserva de 105 ha y 17,5 m de altura. Aquí se puede practicar la natación, el remo, la vela y la pesca, y pueden encontrarse especies como la perca atruchada y la carpa.
La presa de Campilhas, construida en 1954, se aprovecha de la sección del arroyo de Campilhas que desemboca también en el río Sado. Su embalse se comparte por el distrito del Cercal do Alentejo y de Vale de Água. Asimismo, es una presa de tierra con 35 m de altura y una superficie de 417 ha. Aquí se puede practicar la natación y el remo. Una amplia variedad de peces como la perca atruchada, el barbo, la boga, el calandino, la carpa, la perca y el carpín atrae a los amantes de la pesca deportiva
Las presas son lugares incomparables que presentan condiciones ideales para sacar el máximo partido de las vacaciones de aquellos que buscan un contacto más directo con la naturaleza.